Campaña Día Mundial de los Cuidados Paliativos
(Septiembre-Octubre)
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Lema: #morirsindolor,
depende de ti, depende de TODOS.
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Hashtag de la
campaña: #morirsindolor
El próximo 8 de Octubre se celebra el Día Mundial
de los Cuidados Paliativos. Cada año desde la Worldwide Hospice Palliative Care Alliance se plantea un tema con un lema diferente siendo
el de este año: LIVING AND DYING IN
PAIN: IT DOESN'T HAVE TO HAPPEN. (Vivir y morir con dolor, algo que no debería suceder). Y
es que el dolor es uno de los síntomas más frecuentes en los pacientes
con enfermedades terminales, llegando a afectar hasta al 96% de los pacientes
con cáncer.
Los pacientes pueden presentar
dolor debido a su enfermedad, como consecuencia de algunos tratamientos o
relacionados con su situación de inmovilidad y debilidad general.
El dolor en los pacientes en cuidados paliativos representa algo más que una
sensación nociceptiva e incluye aspectos que tienen que ver con la condición
humana, como la personalidad, la afectividad y las emociones, y las relaciones
psicosociales. La naturaleza multidimensional del dolor requiere un modelo de
intervención multifactorial que comprenda medidas farmacológicas,
psicoterapéuticas y rehabilitadoras, entre otras. Los aspectos psíquicos y físicos de
dolor están
íntimamente relacionados. Los tratamientos psicosociales orientados a resolver
variables de la esfera psicológica mejoran el dolor mientras que los
tratamientos dirigidos a la nocicepción tienen efectos psicológicos
beneficiosos. De hecho, se ha propuesto
el concepto de “dolor total” para referirse a la suma de la sensación
nociceptiva junto a los aspectos psicológicos, sociales y espirituales de cada
persona.
Desde la SECPAL, lanzamos la iniciativa el
próximo 12 de Septiembre hasta el 30 de Octubre con el hashtag #MorirSinDolor.
La presencia del dolor suele aumentar a medida que progresa la enfermedad de
base, y éste va a ser uno de los factores que más afecta a la calidad de vida
del paciente y también de la familia, pilar fundamental en este proceso.
Con esta campaña primera campaña, pretendemos:
- Promover
la importancia de considerar al DOLOR como el quinto signo vital, para medirlo,
tratarlo y evaluarlo según la evidencia.
- Describir
la evolución de la Escalera Analgésica de la OMS durante sus 30 años de
existencia.
- Explicar
el concepto DOLOR TOTAL, definido por C. Saunders.
- Fomentar
la importancia del abordaje interdisciplinar del dolor.
- Impulsar
los diferentes instrumentos para la valoración del dolor dependiendo de la edad
y función
cognitiva.
Este Plan está abierto a la participación por
parte de las asociaciones, sociedades científicas, gestores, pacientes,
familias y en definitiva, a todos los que desean aportar experiencias,
conocimiento e ideas para mejorar el manejo del dolor en los Cuidados
Paliativos, para ello utilizando las diferentes RRSS y el hashtag
#MorirSinDolor.
Al concluir cada campaña desarrollaremos un tweet-chat, que en esta
ocasión será el próximo día 28 de Octubre a las 11:00 horas. En esta cita
intentaremos entre todos crear un interesante debate sobre el tema y conocer
las aportaciones de todos los participantes.
Todo el material en
relación a la campaña se podrá encontrar en http://www.secpal.com/plan-de-sensibilizacion y en http://infocuidadospaliativos.com/ dónde tendremos un espacio
para dar visibilidad a las personas/entidades que colaboren con la visibilidad
del dolor en Cuidados Paliativos.
24 de Octubre

En
1982, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso un programa mundial con
el objetivo de mejorar el tratamiento del dolor oncológico. Un grupo
multidisciplinar de expertos internacionales presento una guía clínica
preliminar en 1984 y la versión final fue publicada en 1986. La base de esta
guía clínica (no soportada por ninguna evidencia) consistía en una escalera
analgésica de 3 peldaños que, dependiendo de la intensidad individual del dolor
(y no de su etiología), progresa desde los analgésicos no opioides, a los
opioides “débiles” y luego a los opioides potentes. La terapia paliativa
oncológica y los fármacos coadyuvantes así como otros tratamientos sintomáticos
podían ser integrados en cualquiera de los escalones.
Actualmente,
la escalera analgésica ha continuado su consideración como una excelente
herramienta educativa y los esfuerzos de la OMS en colaboración con la
Federación Mundial de Sociedades de Anestesia (WFSA) y la Asociación
Internacional para el Estudio y Tratamiento del Dolor (IASP), van dirigidos en
incrementar los conocimientos farmacológicos y la disponibilidad de opioides
esenciales en todo el mundo.
La
situación actual del tratamiento del dolor, los avances en el conocimiento de
su fisiopatología, su evaluación continuada y la aparición de nuevos fármacos y
nueva tecnología hacen que en ocasiones el seguimiento de la escalera
analgésica de la OMS se convierta en una barrera y en un retraso para el
adecuado tratamiento de muchos cuadros dolorosos, al obligar al paciente a recorrer
unos escalones farmacológicos hasta llegar a encontrar el fármaco más adecuado
para su dolor.
Las
propuestas actuales plantean sustituir el concepto de “escalera analgésica” por
el de “ascensor analgésico”, el cual simula al paciente dentro de un ascensor
cuyo suelo son los coadyuvantes analgésicos y que dispone de 4 botones para
pulsar según el grado de dolor sea: leve, moderado, severo o insoportable. Este
sistema nos traslada a diferencia del de la escalera al concepto de inmediatez
en la respuesta y en la ida y vuelta de los analgésicos de un ascensor, así
como de la importancia de la evaluación continuada mediante la escala EVA y la
alerta de que debe producirnos cualquier paciente con EVA mayor a 5.
10 de Octubre
Las escalas de
valoración del dolor son métodos clásicos de medición de la intensidad del
dolor, y con su empleo podemos llegar a cuantificar la percepción subjetiva del
dolor por parte del paciente, y ajustar de una forma más exacta el tratamiento
analgésico.
EVA es la Escala
Visual Analógica que permite medir la intensidad del dolor con la máxima
reproductibilidad entre los observadores, siendo actualmente el instrumento de
valoración del dolor más empleado. El paciente en una escala de 0 a 10 marca la
intensidad del síntoma que se le propone. Los estudios realizados demuestran
que el valor de la escala refleja de forma fiable la intensidad del dolor y su
evolución. Por tanto, sirve para evaluar la intensidad del dolor a lo largo del
tiempo, pero no sirve para comparar la intensidad del dolor entre distintos pacientes.
Existen numerosas
escalas de valoración del dolor, algunas adaptadas a circunstancias clínicas y
otras a la edad del paciente.
El uso de una
herramienta validada como la EVA en la valoración del dolor es imprescindible y
debe aplicarse de manera sistemática en las siguientes situaciones:
1.
Al
ingreso o en la consulta de un profesional sanitario.
2.
Después
de un cambio en la situación clínica.
3.
Antes,
durante y después de un procedimiento.
26 DE SEPTIEMBRE
Fotografía:
@victoceron
Nos gusta hablar de biografías, de historias, de personas… pensamos
que los pacientes son mucho más que una enfermedad y sabemos que cada dolor
tiene una historia.
El dolor total es la expresión más intensa de su persistencia en una
persona porque es capaz de convertirse en el centro de su vida, bloquear su
relación con los demás y ser una amenaza seria para su existencia. Es
importante conocer la propia percepción del paciente sobre su enfermedad, cómo
interfiere el dolor en su vida, en su sentido de control y su probable
significado. Las creencias y expectativas de los pacientes pueden modificar su
umbral del dolor, afectar su experiencia, su expresión y su adaptación al
dolor.
Además del dolor físico provocado por la propia enfermedad y sus
complicaciones, hay muchas otras razones que causan o agravan el dolor: pérdida
del rol social, profesional y del rol familiar, sentimiento de impotencia,
efectos indeseables del tratamiento, insomnio, equipo sanitario poco
empático, soledad, relaciones familiares
tensas, amigos ausentes, ansiedad, incertidumbre sobre el futuro, soledad,
inquietudes familiares, sensación de culpa, entre otras.
Por todo ello, el dolor requiere de la colaboración con el paciente en
identificar sus metas para el manejo del dolor y las estrategias adecuadas para
garantizar un abordaje integral a través de un plan de cuidados que incorpore
los objetivos del paciente.
12 DE SEPTIEMBRE
La temperatura, el
pulso, la tensión arterial y la frecuencia respiratoria son los
cuatro signos vitales que siempre se miden, registran y nos dicen
cómo evoluciona un paciente, cómo va reaccionando a los fármacos,
etc. El dolor es el quinto signo vital que debe ser especialmente
considerado, medido y registrado. No podemos olvidar que el dolor no
sólo es físico, sino que tiene muchas dimensiones (emocional,
social, familiar…), tiene muchos nombres y muchas formas de
sentirlo.
A pesar de que muchos
pacientes sufren dolor, son pocos los profesionales que emplean de
manera sistemática escalas de medición del dolor para su mejor
abordaje terapéutico y por tanto ese dolor puede llegar a ser un
síntoma infradiagnosticado y mal tratado.
Es imprescindible
realizar una valoración integral del dolor a toda persona con
presencia o riesgo de padecer dolor mediante un enfoque sistemático
y con el uso de herramientas validadas.
Para
saber más: